"La ibina apareció enfrente de nosotros, bajando de las alturas. Se paró en sus patas traseras y desplegó, descomunales, sus alas de escamas tornasoladas. Vi que los guías sonreían, o mejor dicho, vi que ellos le sonreían; noté el brillo perverso en los ojos vidriosos y comprendí."
Fragmento de La entrega.
Incluido en Breviario de furias, Santiago Arcos editor, 2011.
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