"Hasta qué punto nuestro deseo no nos esclaviza. Cuántas veces, de ahora en más, voy a tener necesidad de contemplar estas fotografías. Tirarlas, quemarlas, regalarlas, devolverlas. Ni loca. No voy a ser capaz. Cuanto mucho aislarlas en algún estante alto del ropero para no tenerlas tan a mano, para que su presencia no me perturbe. Alejarlas unos metros, conseguir una distancia concreta a la tentación. Este álbum de fotos que robé de forma tan miserable va a terminar convirtiéndose en mi verdugo. "
Fragmento de Sorpresa, electricidad, vértigo.
viernes
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