Las empezamos a criar en la pecera y luego, cuando ya teníamos una buena cantidad, armamos una jaula grande con tela de mosquitero.
Eran rápidas y astutas. Parecían darse cuenta de que las habíamos elegido mucho antes de que nos acercásemos con las manos enguantadas para atraparlas."
Fragmento de Las albinas.
Incluido en Breviario de furias, Santiago Arcos editor, 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario